25 de julio de 2012

No seas cómplice




Y si una madrugada en medio del silencio después de cansarte de tanto llorar, de tanto rogar y de tanto esperar una respuesta te das cuenta que has invertido tanto en gente, en ti, en alguien, en la vida y no ha sido reciproco

Y en esa oscuridad sabes que en realidad después de tanto dar y esperar mereces ser feliz ... y un susurro te dice: "¿para qué?", "no lo intentes", "nada tiene sentido", "detente", "todos son iguales"
No te apagues ni abraces tu dolor, no seas cómplice de tu depresión.

Y aunque sólo tú sepas el sabor de tu llanto y el cansancio de tu corazón seca lágrimas, no te victimices y atrévete a volver a empezar. No es fácil, pero ningún sentido tiene esperar escondido en un rincón a que la vida cambie, que la gente regrese o que la herida sane sola.

Debes saber que a pesar del sufrimiento y dolor nunca debes dejar que tus errores pasados, tus miedos presentes y la ansiedad al futuro se conviertan en los líderes, verdugos y guías en tu vida... porque para ellos la mejor respuesta es que tú sigas en el sótano de la cueva donde has caído, a pesar del tiempo o de los consejos.

Nadie cambiará una sola letra del libro de tu vida hasta que tú decidas repararla, aprender o sencillamente volver a comenzar.

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